Rosa Sala Rose y Plàcid García-Planas presentan, en 446 páginas, su investigación sobre la supuesta historia secreta y oscura de César González Ruano, periodista y escritor que vivió entre los años 1903 y 1965. Ruano fue una de las figuras literarias más reconocida entre los años 1940 a 1960, llegándosele a atribuir la autoría de más de 30.000 artículos. La fundación MAPFRE incluso creó un premio de periodismo con su nombre, que estuvo vigente desde 1975 hasta 2014. Sin embargo, este quedó suprimido –casualmente- tras la publicación de la obra de Rose y Planas. A pesar de la coincidencia, desde la fundación siempre han afirmado que el cambio de nombre venía motivado por una internalización del galardón.
La historia se presenta imitando el estilo de Truman Capote en A Sangre fría, situándose de lleno en el New Journalism o Nuevo periodismo (ese género híbrido que aúna el periodismo y la literatura). De esta forma, el proceso de investigación de los dos autores se muestra de forma literaria mezclando metáforas, reflexiones personales y sus opiniones respecto al tema. A través de los diferentes capítulos vamos conociendo la biografía de González Ruano, cuya figura fue una fuente de inspiración para figuras como Francisco Umbral o Camilo José Cela.
César González Ruano nació en Madrid un 22 de febrero de 1903 en el seno de una familia acomodada que pudo darle una educación adecuada y que le permitió acceder a la carrera de periodismo. Sus dotes como escritor le llevaron a ser corresponsal del ABC en Berlín y en Roma. En estos dos países pudo comprobar de primera mano el ascenso imparable de los regímenes totalitaristas, como fueron el fascismo en Italia y el nazismo en Alemania. Tras estos hechos, fue enviado al París de la ocupación alemana, desde donde escribió los artículos que motivaron la investigación de Rose y Planas: escritos que defendían a ultranza el antisemitismo y la separación y exterminio de las razas inferiores. Por llamativo que parezca, estos testimonios pueden hallarse en la hemeroteca del diario ABC.
Los autores van desmontando el mito de Ruano a través de estos artículos. El recurso más usado para conocer al periodista es el uso de testimonios históricos sobre su figura, así como entrevistas con personas que conocieron los círculos por los que se movía. El libro explora del mismo modo el pensamiento oscuro y sombrío de un hombre cuyo misterio sigue siendo una incógnita.
La investigación llega incluso a relacionar a Ruano con uno de los hechos más espeluznantes de la Segunda Guerra Mundial: la entrega o el asesinato de judíos exiliados de Francia que pagaban un pase seguro por los Pirineos. Estas personas buscaban cruzar, con ayuda de un guía de pago, la rocosa cordillera para así llegar a España. Algunos guías cumplieron sus promesas, pero otros prefirieron entregar a sus clientes a la Gestapo en el puesto que mantenían en Irún, a cambio de una compensación económica. En algunos casos eran los mismos guías quienes asesinaban a la víctima y se apoderaban de sus bienes. Esta práctica fue muy frecuente en esos años, pero el tiempo y la vergüenza han enterrado y olvidado estas injustas historias, donde la codicia humana alcanza límites hasta ese momento desconocidos.
Rose y Planas barajan que Ruano fuera mediador entre exiliados y guías, acordando con estos últimos el reparto de los beneficios obtenidos tras la entrega de los viajeros judíos. Se llega a sugerir que incluso, tras la entrega, asaltara los domicilios vacíos de los exiliados.
Ante semejante acusación, son varias son las pruebas que se presentan en la obra: los artículos mencionados anteriormente, la obsesión que Ruano tenía sobre el valor de la sangre y las raíces propias, su defensa a ultranza del Régimen nazi, la gran riqueza de la que dispuso en aquellos años sin origen claro y, por último, su detención por parte de la Gestapo en 1942. El periodista había sido acusado de tráfico y manipulación de visados de ciudadanos huidos del ejército invasor. Finalmente, sería liberado y en 1945 se instalaría en Madrid de forma definitiva. Como anécdota, los autores añaden la condena que en 1948 Francia le impuso de cumplir 20 años de trabajos forzados por haber colaborado con los nazis; sin embargo, al no estar presente en el juicio, no pudo cumplir la condena.
Aunque la investigación no está terminada en el libro, pues muchos secretos quedan sin responder, este libro marca un punto de inflexión histórico. La memoria de personas como Ruano, usados muchas veces como ejemplo en diferentes materias, deben ser revisados y estudiados con detalle para evitar caer en el error histórico de encumbrar a quién no se debe.