Publicar una revista de poesía en los tiempos que corren no es solo un acto de valentía, sino también algo ciertamente temerario. Sin embargo, y para alivio de muchos, todavía hay temerarios enamorados de la poesía que se arrojan a la tormenta y deciden seguir apostando por la difusión de la palabra escrita. Y lo que es aún mejor: lo hacen en papel.
Este es el caso de Quaderni Mediterranei, fundada por el poeta Silvestro Neri y por el cantautor Lorenzo Cittadini, cuyo primer volumen ha sido publicado este año. La propuesta de estos quaderni es la de aunar las voces de escritores y artistas italianos, españoles y portugueses, en una suerte de reunión familiar mediterránea. De esta forma, la revista se compone de textos en los tres idiomas, entre los que encontramos ensayos, reseñas y poemas. A pesar de que algunos no contamos con la ventaja de hablar ni la lengua de Petrarca ni la de Pessoa, y eso puede dificultar el disfrute y el entendimiento de los textos en toda su complejidad, gracias a la similitud entre las tres lenguas, sí se puede captar su esencia.
Derivado de ese deseo de unión transmediterránea, el primer tema en torno al que giran los Quaderni son los viajes en todas sus formas, es decir, tanto literales como alegóricos, concretos, virtuales, «come principio di crescita interiore, di spinta a nuove direzioni. É stupore, commozione e conduce al censo di sublimità», tal y como lo definen los autores. Su escritura tiene la intención de hablar del presente, por eso busca lo vivo, la descripción de un mundo cambiante lleno de nuevas influencias y de nuevos descubrimientos. Como en los hallazgos de un viaje, los Quaderni quieren acercarnos a las inquietudes, las experiencias y las escrituras de nuestros colegas portugueses e italianos. Así encontramos en este diario di viaggio un espacio en el que conviven lo académico y lo poético, cuya máxima es el intercambio y la convivencia de las voces mediterráneas, tan dispares y similares al mismo tiempo.
Los Quaderni están divididos en cinco secciones: la primera de ellas es la “Pagina guida”, firmada, en este caso, por Antonio Gala, y que supone una suerte de editorial. Después le siguen las “Lettere dal Mediterraneo”, la sección más académica, que reúne seis artículos de profesores y artistas en varios idiomas, que reflexionan sobre el proceso de traducción, la crisis migratoria o la experiencia del arte. Los Quaderni ofrecen un importante espacio poético, tanto para los creadores que ya han publicado como para los noveles, que pueden enviar sus poemas a las secciones de “Incontri” o “Nuove esperienze”, respectivamente. Por último, y cumpliendo con el deseo de la revista de ser un punto de encuentro, “Risonanze” recoge reseñas de otras revistas o libros en cualquiera de los tres idiomas.
A pesar de que la revista ha nacido fuera de la academia, quiere acercarse a ella, y ya cuenta con el apoyo de las Universidades de Venecia y Málaga. Es por esto también que se ha presentado en varias librerías e instituciones del territorio ibérico e itálico, en una suerte de gira en la que se aunaban los poemas elegantes y refinados del adusto vate, Silvestro Neri —cuyos poemas están traducidos en la Editorial Independiente—, con las canciones melódicas y hechizantes de Lorenzo Cittadini. Aunque su viaggio de presentación ya ha terminado, no podemos decir que haya concluido, pues como ellos mismos afirman: «Chi dice: “Il viaggio è finito”, in realtà non ha mai viaggiato». El siguiente destino que se han marcado estos temerarios es lo fantástico, también en la amplísima significación de la palabra.
Hay que reconocer el encomiable esfuerzo de estos Quaderni Mediterranei, que acaban de comenzar su andadura, por ofrecer un espacio a creadores de distintos lugares, idiomas y estilos; recordándonos así todo lo que tenemos en común en un tiempo en el que parece primar la diferencia y la individualidad. En medio de la tormenta de la desigualdad y de las fronteras, donde lo poético parece estar oculto, los Quaderni Mediterranei se erigen como un faro firme y claro, tendiendo puentes sobre el Mediterráneo y creando redes entre poetas y académicos. Porque tal y como decía Heidegger, todo lo grande está en medio de la tempestad.