
POÉTICA
Ante todo la poesía es ritmo. Más o menos melódico, cada poeta, tras un estudio concienzudo con las formas métricas, adquiere un ritmo interno. El conocimiento de la métrica es esencial para, con ella, romper los esquemas y crear una voz poética única e individual. La base de mi poesía radica en la silva libre: el manejo del verso impar (7-9-11-14) es esencial en la poesía en castellano. Obviamente, no todo es forma, pero para entender la poesía en sí, se debe entender que hay que adquirir un ritmo musical a través de la palabra. La forma debe ser cuidada al máximo. Incluso los grandes poetas que escriben en verso libre prefiguran cada poema con un esquema métrico y esquemático preciso. Respecto al esquema: abogo por una poesía concentrada: sugerir más que mostrar mientras que el símbolo recae para apoyar los paradigmas que la palabra no puede expresar. Es decir, creo en una poesía despojada de retórica y de imágenes “fáciles” en búsqueda de varios significados. A su vez, los poemas de todas las partes están interconectados entre sí: sin la lectura de uno no puede entenderse el siguiente y así continuamente. En otras palabras, no es la construcción de un poemario con varios poemas, sino la escritura de un solo poema a través de varios. En resumen: el poema es un pensamiento, meditación o ficción en un ritmo.
Poemas inéditos
I
La ropa semivacía, la pluma
puesta al servicio
para el fin de las últimas instancias:
el recuerdo y la memoria en uno solo.
Estas pinturas oscuras retratan
un estado del alma,
un proyecto de ausencias.
II
¡Pero en el día de mañana
por el cuadro estival de tu ventana
entrará la canción de la alegría!
Dámaso Alonso
Tú, de rojos aerolitos
y de rojas conchas, rojas garras
y de rojas sonrisas cándidas.
Tú,
sí
tú
cuelga las rojas cuerdas,
entra tu esencia en ellas:
tienes abierta la ventana
de mi conciencia.
III
SUEÑO
Poner una soga en tu cuello
y colgar en ella los males
para estar en nubes y rostros.
Vivir en el fondo de un sueño
por tener un poco de anhelo
en trazar de nuevo tu estilo.
IV
Tú eres lo más lógico
de los dos focos de mis sueños:
Amor y arte,
todo al menos en tinta
porque la soledad ya está resuelta.
La soledad del día en rostros
sin cara, en días nublos
en jornadas que podrían ser
escalinatas y trampillas
del sueño más profundo.
Arte y amor:
dos ilusiones de papel.
Dos o una y no más
marcadas por las noches,
por el claro de luna
y tu marca flagrante
de extrañas sonrisas de tierra.
V
Un ruido continuo me acecha
es tu voz, tu aura, mis musas:
un invencible adiós que contrae
el transporte del alma a mi cénit.
Pintaste mi vida en un rayo:
soy el efecto de todos tus actos,
tu creación perfecta en la distancia.
VI
La flor del sueño huele
al sudor de tu cuello y purpurina
-y tiemblo si lo lamo-
de un manojo de sonrisas pálidas
que huyeron con el paso de los años.
Ese olor no queda, no está
con el frío de las heridas
de tus manos, que apestan
por solo recurrir a la memoria.
¿Qué será del dolor si no huele?
Tan solo esperar a que
desaparezca su esencia:
su hedor a lejía y a tumultos,
su estancia en el pasado
y su vuelo en las calles de Madrid
como un hecho que nunca pasa.
Cuando con tu sensibilidad eres capaz de tocar el alma, cada letra escrita habrá merecido la pena.
Hermoso poemario,lastima que no haya más poemas ahí incluidos para así poder disfrutar más de esa forma fresca y limpia de expresar sentimientos. Gracias Adrián por haberlos escrito. juan López de Ael